Las remesas y la cajita de Olinalá

María nació en Olinalá, la mítica población de las montañas del estado de Guerrero en donde “dedos de indio o colibrí” pintan las famosas cajitas “que de golpe dan su olor de reina de Sabá” en palabras de Gabriela Mistral. A María la conozco desde que yo tenía 8 años cuando llegó a mi casa con la energía y alegría que caracterizan a la gente de los caminos del sur. Desde niño recuerdo a María platicarme de sus hermanos Juan Carlos, Cristina y José Luis, que se fueron “al otro lado”. Ella y ello, que han trabajado arduamente durante tres décadas, envían de manera cotidiana dinero a la mamá de María, que pudo construir su casa, y a sus otros hermanos para que pudieran estudiar. Con estos recursos han incrementado en gran medida sus posibilidades, las cuales no tendrían con su labor en el campo y con su creatividad en la artesanía.

El último dato de remesas que llegaron a México ha pasado en gran medida desapercibido por los lamentables sucesos en la capital del país. Tan sólo en marzo de 2021 arribaron a México 4,152 millones de dólares, superando la cifra record de 4,045 mdd de marzo del año anterior, cuando crecieron 35%. La relevancia que representa esta cantidad de recursos -casi el 4% del PIB Nacional- es enorme. Las remesas han vuelto a superar los ingresos por concepto de exportación de petróleo crudo y de turismo. Más aún, superaron los ingresos que México recibe por Inversión Extranjera Directa, la cual cabe añadir, se ha visto desalentada por los constantes mensajes de incertidumbre y la inestabilidad económica y política.

Un dato adicional sobre la importancia de las remesas: en el estado de Guerrero, equivalen a casi el 14% de su Producto Interno Bruto estatal. También en Michoacán, Nayarit y Zacatecas las remesas se encuentran por encima del 10% de su PIB. Es evidente que estos recursos significan un “respiro” y ayuda mayor que cualquier dadiva o programa social.

El sobrino de María, José Manuel, decidió seguir los pasos de sus tíos, pero al llegar a Ciudad Juárez y atravesar al norte con la “ayuda” de quienes les cobran hasta 4,000 dólares, fue aprehendido, expulsado y despojado -incomprensiblemente- por las autoridades migratorias de sus pertenencias como su mochila, su sudadera y hasta sus botas. Él ha sido uno de los 62,000 migrantes de origen mexicano deportados en marzo de 2021, cifra también record en un solo mes. De marzo de 2020 a marzo del presente año, alrededor de 400,000 mexicanos han sido retornados al país, lo que significa un 68% del total de expulsados.

El incremento en remesas es resultado de varios factores, no obstante, está estrechamente relacionado con los apoyos económicos que el gobierno de Estados Unidos ha otorgado a su población, en particular a los trabajadores que se han visto afectados por la crisis económica del Covid-19.

Son justamente los paisanos quienes más han sufrido los estragos de la pandemia. El aumento en las remesas no es logro de ningún gobierno sino producto del esfuerzo de millones que han tenido que abandonar su tierra por un mejor futuro.

Las remesas como la cajita, “las hacen cabal mano azteca, mano quetzal”. Porque aquellos que se ven obligados a emigrar buscan “lindos sueños que hacen soñar; hacen reír, hacen llorar” en palabras de la gran Mistral en su poema Cajita de Olinalá.

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @AGuerreroMonroy

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