Opinión

¡Con Burbujas!

Hay dos razones por las cuales el vino espumoso se ha vendido “como pan caliente” en las últimas fechas.
viernes, 3 de diciembre de 2021 · 09:36

“Si quieres vender un vino, ponle burbujas” decía un maestro que tuve en mi clase de vino espumoso hace unos meses. Creo que lo comentamos en su momento, pero vale la pena recordarlo porque se acercan las festividades navideñas y es momento de celebración y de festejo. Mi maestro tenía razón y nos daba los datos de cómo el vino espumoso era aquel que había tenido un crecimiento rápido entre los consumidores y se había vuelto sumamente popular. Y no se equivocó: las estadísticas que muestran el alto consumo de vino con burbujas son impresionantes. Ahora bien, solamente por mencionarlo, el otro vino que ha tenido un crecimiento espectacular en ventas es el vino rosado y se ha vuelto también extremadamente popular entre los consumidores.

En mi opinión hay dos razones por las cuales el vino espumoso se ha vendido “como pan caliente” en las últimas fechas. En primer lugar, en general, el vino con burbujas tiene menos porcentaje de alcohol por volumen que otros vinos. Es frecuente ver botellas de champaña con un contenido alcohólico de 12% en total (o incluso menos); la segunda razón es porque el vino espumoso está relacionado con dos cosas en nuestra mente, que son el lujo y la celebración. Cuando pensamos en una botella de champaña y quien la bebe, pensamos en los pilotos de Fórmula 1 al ganar, o en una fiesta de lujo en un algún restaurante caro de París o Londres. La mercadotecnia ha jugado un papel relevante en ello y hemos asociado este tipo de vino con los eventos descritos, y por ende, a través del vino, podemos tener una experiencia de lujo y de celebración.

Ahora bien, no tenemos que comprar champaña todo el tiempo para sentir que estamos bebiendo un vino lujoso (¡incluso hay vinos no espumosos mucho más caros que la Champaña!). En ese sentido, hay otras opciones de vinos con burbujas que podríamos considerar, como ya he mencionado en ocasiones anteriores. Una buena alternativa serían todos aquellos vinos espumosos franceses conocidos como “Cremant” (de Bordeaux, de Bourgogne, de Alsace, de Loire, etc.). En otras palabras, todo el vino espumoso francés que no es de la región de Champagne, y por ende, no paga el “precio” en la etiqueta de dicha ubicación geográfica, sin perder calidad en su producción o en el producto final. El perfil aromático y de sabores es muy similar, porque está hecho con el método tradicional (es decir, fermentado por segunda ocasión en la botella) y se encuentra al alcance de todos. El último de ellos que compré aquí en Washington, D.C., me costó menos de $20 dólares ($450 pesos). Y como también mencioné en alguno de mis artículos anteriores, maridar champaña con pollo o papas fritas es delicioso (¡suena a sacrilegio!) porque la acidez del vino balancea perfectamente lo salado y grasoso de la comida.

Las otras alternativas de vino espumoso son Cava, que es español y también hecho con el método tradicional o bien, el famoso Prosecco, que es un vino italiano hecho con otro método diferente (tanque) que le da un perfil aromático más afrutado. En cualquier caso, los vinos espumosos no necesariamente son caros, son fáciles de beber y maridar, son refrescantes por su acidez y generalmente nos recuerdan momentos de gozo. En estas fechas navideñas es un pretexto perfecto para beberlos.

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @BeyondTheGrapes

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc.

Otras Noticias