La Docena

Amante del Buen Comer®
IG: @adelbuencomer

El tiempo, precioso recurso finito que a cada instante se nos esfuma de las manos, es uno de los capitales que más valoro en mi vida, por lo que saber a quién le regalo esa preciada joya, es fundamental. Aunado a ello, otro concepto que marca mis decisiones de vida es el de la amistad, y generar ese vínculo de cariño, respecto y acompañamiento precisamente requiere de tiempo.

Hace más de 5 años tuve la oportunidad de tomar un diplomado en el ITAM, y la vida, maravillosa como lo es, tuvo a bien regalarme conocimientos, pero mejor aún, regalarme amigos que quiero, admiro y valoro, por los que soy capaz de manejar una carretera y más, para abrazarlos y disfrutarlos. Mi tiempo lo vale, la amistad, más. Así fue como hace unos días, con el ánimo de celebrar la vida y la amistad, nos reunimos en la Ciudad de México, en La Docena Oyster Bar and Grill de la colonia Roma.

Ocupando una de las grandes esquinas de la avenida principal de esta emblemática colonia capitalina, La Docena, abre las puertas a comensales para deleitarlos con productos de mar y tierra. A la entrada, una pescadería abierta nos recibe con los productos frescos del día, listos para ser solicitados, preparados y llevados a la mesa. Más adentro una gran barra para la coctelería y más al fondo la cocina donde se prepara el resto de los alimentos.

Al ser varios los que atendimos el llamado de la camaradería, decidimos pedir varias delicias al centro, situación que permitió conocer todos los sabores, a la par de dejar convivir y “conbeber”.

Chicharrón colombiano 

Crujiente, suavecito, grasoso y delicioso, como ellos mismos lo definen, acompañado de tortillas hechas a mano y una rica salsa, fue el inicio del festín de sabores.

Queso provoletta al grill

Con pesto y tomate asado, un clásico que siempre que se pueda hay que pedir.

Palmito

A diferencia de otros lugares, aquí el palmito llegó directo con su penca, lo que le dio un sabor único, a brasas y jugos, que deleitó hasta su último pedazo. El palmito, como en la alcachofa, lo más suculento estuvo en el corazón.

Pulpo a las brasas

Pequeñito, fino y amable, con una cocción perfecta que permitía degustarlo con plenitud. Acompañado de chips de camote, cada bocado valía la pena.

Camarón azul 

Exquisitos camarones de tamaño sustancioso, preparados a las brasas con un poco de mantequilla y especias, donde los cubiertos estorbaban para deleitarse con todo su sabor. Fue tal su éxito en la mesa que repetimos orden.

Barbacoa de wagyu 

Confieso que varios de nosotros fuimos escépticos con el nombre (más los que somos Hidalguenses y defendemos al borrego en esta preparación), sin embargo, la sorpresa fue gratísima y el sabor fabuloso. Acompañado de sus tortillitas hogareñas, salsa cruda y un poco de esta carne, los taquitos botaneros fueron bastante bien recibidos por toda la mesa.

Jamón ibérico de bellota

Una de las cosas que más disfruto de la charcutería es precisamente este tipo de jamón. Con su rojo intenso, su grasa perfectamente colocada y su sabor único, cada bocado, solo o con su respectivo pan tomate, fue digno de deleitar.

Tostada de Atún

Pequeñita, pero saciadora, con una buena porción de fresco atún azul, acompañada de jitomate, chiles y gotas de aderezo, capaces de dar un festín grato al paladar.

Dulce de leche

El único postre que ofrece el lugar es esta delicia. Esponjocito, acaramelado y acompañado de una bola de helado, cada cucharada merecía el pecado de la gula.

Así pues, mis queridos amantes de los buenos momentos, los grandes amigos y el buen comer, sirvan estas líneas para motivarlos a compartir con quienes más quieren, a reír, a recordar y a vivir juntos, y si es posible alrededor de una mesa con buenos platillos, qué mejor.

Para ver la selección de mis fotos predilectas de esta comilona, no olviden seguirme en Instagram en @adelbuencomer

¡Buen Provecho!

Amante del Buen Comer®

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @adelbuencomer

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