Continuamos en la Windy City, Chicago

Amante del Buen Comer®

Cómo les comentaba en mis líneas de la semana pasada, Chicago es un lugar digno de visitar y revisitar tantas veces sea posible. La oferta qué hay para todos los gustos es enorme y, particularmente para los amantes del buen Comer®, la propuesta es vastísima. Esta gran oferta brinda un extra maravilloso en muchas ocasiones, y es que junto a grandes platillos, otras atracciones pueden ser disfrutadas como museos, plazas, hoteles y bellísimas vistas.

En esta ocasión les presentaré otras varias opciones gastronómicas que, además de presentar platos maravillosos, nos regalan alguna otra experiencia que, unidas, nos regala un momento mágico digno de recordar.

The Signature Room in the 95th 

Ubicado en el penúltimo piso de uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, la torre Hancock, The Signature Room ofrece una de las mejores vistas de la ciudad mientras deleita a sus comensales con sus platillos. En esta ocasión pedí un delicioso salmon, fresco, amable y ligero acompañado de un Merlot de Napa Valley que lo acompañó espléndidamente.

Terrace 16 

Ubicado en la torre Trump en uno de los sectores más bonitos de la ciudad, la terraza del piso 16 ofrece una bellísima vista de la parte citadina del lago desde donde se pueden tomar hermosas fotografías. La carta es escueta pero la ensalada césar del lugar es una exquisitez. La sencillez de la misma pero de la mano de buenos ingredientes y la paciencia en su preparación, hacen de esta ensalada algo digno para visitar el lugar.

Valois 

Hay lugares que pueden pasar desapercibidos hasta que alguien emblemático lo vuelve igualmente emblemático. Así es Valois, un pequeño restaurante ubicado en la zona de la Universidad de Chicago donde estudiantes y ahora visitantes curiosos como yo, buscan desayunar cerca de la mesa del presidente Obama. El famoso político disfrutó muchos de sus desayunos universitarios en este lugar, en la misma mesa y con una serie de platillos frecuentes, que hoy se vuelven el menú más famoso del lugar. Yo pedí el desayuno típico americano: Pancakes, salchicha y huevos revueltos.

Kitty o’Sheas 

Ubicado en el Hotel Hilton de la Michigan Avenue donde varias escenas de famosas películas han tenido lugar, abre su terraza para deleitar la vista con la avenida más importante de la ciudad. Ahí degusté un delicioso café irlandés más un tost de aguacate con huevo benedictino que hicieron mi mañana plena y feliz.

Il Porcellino

La cultura italiana es una de las predominantes en esta ciudad y así como la Pizza Chicago tiene lugar especial, los espacios de pasta son algo recurrente y maravilloso. En este lugar, donde la atmósfera arropa desde el primer momento con fotografías, música y color, la pasta, en cualquiera de sus formas es espectacular. Lo que sí les sugiero es que cuando pidan sea para dos pues las porciones son bastante generosas.

Sapori Trattoria 

Dentro de los italianos, también está este clásico. Lleno a toda su capacidad en sábado por la noche, comensales de todas las edades se reúnen para disfrutar platillos italianos (que no incluyen pizza en su menú, por raro que parezca). Lo mejor de este lugar fueron los calamares fritos pero sin duda el rey de la noche fue el helado de pistache que volteaba los ojos de la felicidad que generaba cada cucharada. ¡Fascinante!

Instituto de Arte 

Para mí este instituto es una de las atracciones que no pueden perderse. En la lista de museos, sí está en mi lista de favoritos. Además de poder deleitarnos con Picasso, Magritte, Dalí, entre otros, el Instituto cuenta con un restaurante rico en su cocina y con una vista maravillosa. Tristemente por la pandemia actualmente está cerrado, y mi comentario está basado en una visita previa, pero no dudo que volverá igual o mejor.

Así pues, queridos amantes del buen comer® y el buen viajar, si tienen pensado planear vacaciones, les sugiero ampliamente esta ciudad a la que muchos le cantan, otros tantos la pintan y muchos de nosotros la disfrutamos.

¡Buen Provecho!

Amante del Buen Comer®

Puedes conocer más del autor en su cuenta de Twitter: @adelbuencomer

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