Opinión

Tocó el turno a Nexos…

domingo, 30 de agosto de 2020 · 19:37

Twitter: @altanerias

Hace poco más de un año, el destinatario de las críticas del presidente Andrés Manuel López Obrador fue Enrique Krauze: a través de testaferros y del propio mandatario, la saña gubernamental se dedicó a descalificar el trabajo, el prestigio y la labor intelectual de uno de los referentes de la reflexión tanto histórica como de actualidad política de México.

El mensaje entrelíneas de ese entonces fue contundente: puedo señalar y condenar a los más notables y reconocidos, por lo que cualquiera podría tener la misma suerte. En ese sentido, cabe la reflexión que hace el filósofo Byung-Chul Han sobre el poder, del que señala que consiste más en insinuar aquello que es capaz de hacer que en demostrar lo que puede hacer (Sobre el poder, Herder, 2005).

Las acusaciones reiteradas del presidente contra la prensa crítica durante los últimos casi dos años han sido, en ese sentido, una constante en la que ha pasado de la descalificación al señalamiento de informadoras e informadores, y que en los últimos días cobró otra nueva víctima: la revista Nexos y con ella su director y fundador, Héctor Aguilar Camín.

En esta ocasión, no obstante, el gobierno de López Obrador hizo muestra de su poder al pasar del denuesto a una condena legal contra la publicación por una cuestión que, aprovechando los entreveros que permite el poder fiscalizador del Estado, la condena a no recibir publicidad gubernamental por dos años.

Resulta imposible no recordar aquellos tiempos del régimen autoritario del PRI, cuando se sometía y coartaba la libertad de expresión de los medios impresos a partir del monopolio del papel, de la intimidación y amenaza de periodistas, de auditorías sin motivo más allá que inventar supuestas faltas para ahorcar financieramente a periódicos y revistas.

Émulo y sin duda nostálgico de aquellos tiempos del presidencialismo más exacerbado y vertical del siglo XX, el titular del Ejecutivo hace poco a poco gala de los diversos recursos de la historia reciente: de la crítica pública a la descalificación personalizada y ahí a la maniobra legaloide y burocrática que falsea información para levantar denuncias amañadas.

Nexos, junto a Letras Libres de Enrique Krauze, son las dos revistas culturales, de crítica social y política más reconocidas en nuestro país, referentes de la época de la transición y de la alternancia democrática.

Por sus páginas han pasado prácticamente la totalidad de pensadores, ideólogos y académicos que han acompañado, desde la labor reflexiva y crítica, buena parte de la época contemporánea; y es posible afirmar que no existe tema de nuestro tiempo que, desde sus versiones impresas o digitales (la hemerotéca en línea de Nexos es una auténtica joya de memoria e ideas), no haya sido abordado con seriedad, profesionalismo y rigor intelectual.

Fiel a su vocación académica, Nexos inició una serie de investigaciones que comprueban el sub registro de fallecidas y fallecidos a causa del Covid-19 en la Ciudad de México, a partir del cruce de información con los certificados de defunción de la capital del país.

Y fue justo en ese contexto que López Obrador y su séquito arremetieron contra esa necesaria e indispensable labor de información y análisis que exhibe no solo la absoluta negligencia de la autoridad mexicana frente a la pandemia sino, sobre todo, que muestra a un gobierno que, con tal de no aparecer superado, ha sido capaz de esconder información de muertes, tergiversar cifras y estadísticas, construir narrativas que en última instancia lo que manifiestan es su absoluto desprecio por la vida de miles de mexicanas y mexicanos.

La realidad es el mayor enemigo de un populista, porque no hay retórica ni argucia ni ocurrencia ni presupuesto que puedan ocultar o disfrazar lo que ocurre; y los medios, encargados de informar sobre esa verdad, se convierten en enemigos porque le recuerdan que afuera de los muros del palacio que habita hay un mundo que padece, que sufre, al que no bastan ni las palabras ni la improvisación para solucionar aquello que aqueja y lastima.

Los medios deben seguir ejerciendo esa labor crítica frente al poder. Es su labor y su función en una democracia. Acompañarlos, solidarizarse y respaldarlos en esta tarea es responsabilidad compartida de las y los demócratas.

Las opiniones vertidas en la sección de Opinión son responsabilidad de quien las emite y no necesariamente reflejan el punto de vista de Gluc. 

Otras Noticias