Opinión

Walter Mercado: de estrella a constelación en Mucho mucho amor

viernes, 17 de julio de 2020 · 12:47

ExPOPsión
Twitter: @JosManu31

Mucho mucho amor es un documental que irradia energía positiva para estos momentos de la cuarentena extendida, algo más que necesario. Narra la vida y carrera del vidente Walter Mercado, una figura que por varias décadas estuvo presente en los medios estadounidenses y latinoamericanos.

Durante poco más de 90 minutos la cinta dirigida por Cristina Costantini y Kareem Tabsch narra a través de una serie de entrevistas grabadas desde la casa del astrólogo en su natal Puerto Rico: su ascenso a la fama, pleitos legales con su ex mánager Bill Bakula, su estilo, el impacto que tuvo en la cultura popular, problemas de salud y el homenaje en vida que tuvo en el Museo de Historia de Miami.

El pensamiento mágico es algo que existe desde las civilizaciones antiguas del mundo y Mercado se apoyó en el mismo para poder construir su imperio de clarividencia, tomaba elementos de distintas religiones para complementar su visión de vida. Para él era necesaria la espiritualidad y puntos de unión entre las diversas creencias, algo que él llama “interreligión”.

La vida de Mercado es explicada a través de cuatro segmentos, los cuales están representados con cartas del tarot: el Mago, el Hombre encapotado, la Torre y la Carroza.

Su figura andrógina es algo que siempre causó furor, sin embargo, hubo burlas y parodias las cuales él nunca aprobó. La homofobia se hace presente en diversos clips en los cuales se ven a comediantes hacer exageraciones del vidente y una de sus sobrinas afirma que nunca la agradaron las imitaciones hacia su persona. A pesar de las burlas y de la sociedad machista, es interesante ver cómo se convirtió en un referente en diversos países por su imagen.

La belleza es un punto vital en esta historia, Mercado era una figura que deseaba verse eternamente joven, el que tuviera en su mansión un retrato suyo junto al de Oscar Wilde (escritor de El retrato de Dorian Gray) da indicios de sus inspiraciones. Bótox, maquillaje y el cabello levantado eran característicos en él.

Otro los símbolos que identificaban al vidente eran sus capas. Durante todo un segmento se puede ver la moda y la opulencia que representaban estas prendas, así como collares y anillos. Es difícil ignorar a alguien con atuendos tan elaborados y coloridos como los que él utilizaba y que en más de una ocasión le personalizaron diseñadores como Versace e Isaac Mizrahi.

Por otro lado, la sexualidad de este personaje también es tratada en el filme, hay una cita que podría dar a entender la asexualidad de Mercado pues él menciona que su sexualidad “estaba con el viento, con las flores del jardín y con todas las representaciones de la naturaleza”. De forma explícita hace saber que él no necesitaba a otra persona para sentirse feliz.

Aquí hay una pregunta que queda al aire, ¿la actividad a la que se dedicaba Mercado era una charlatanería o un efecto placebo para tranquilizar y dar energía a la gente? Evidentemente el astrólogo se lava las manos respecto a las líneas telefónicas que llevaban su nombre, dice no haber ganado millones y no profundiza en ello, lo único que menciona era que él deseaba llevar un mensaje de amor a los demás.

La frase “Walter Mercado solía ser una estrella, pero ahora es una constelación” cierra el documental y por más escéptico que el espectador pueda ser, es imposible no sentirse atraído o seducido con las palabras que dice, nunca sale una predicción negativa y en todo momento se emiten vibras positivas que inevitablemente se convierten en energía del cosmos.

 

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