Guerra contra las drogas en tiempos del COVID-19

lunes, 6 de abril de 2020 · 17:28
Twitter: @jonasartre

Según la literatura académica disponible, la guerra contra las drogas ha sido un esquema de control político y social. Privilegiando una comunicación política agresiva, con una campaña permanente basada en el discurso de un enemigo interno o externo que se debe combatir; en este caso la narrativa del abuso de drogas y los participantes tanto del consumo como de su mercado serán los enemigos. Por su parte, el régimen internacional de prohibición, un gran consenso global ha permitido por una parte el crecimiento de una burocracia que se aceita de fiscalizar y controlar administrativamente las drogas legales, pero por otro lado ha permitido combatir internacionalmente al crimen organizado con agencias como la DEA.

Este consenso llegó a tener un aval internacional que actualmente podríamos hablar de guerras globales contra las drogas. Y  en particular, los esquemas locales del régimen de prohibición  estarán mediados tanto por las capacidades de los gobiernos locales y las particularidades sociohistóricas como los regímenes políticos.

En este sentido, la guerra contra las drogas en África, Asia central o Latinoamérica  tendrán distintos esquemas de control, con una predominancia hemisférica y territorial de las potencias más cercanas como Estados Unidos, Rusia o China quienes delimitarán la forma de control territorial o las tensiones entre la oferta demanda y control con los países o zonas productoras.

La nueva guerra de Trump

Como he sostenido en distintas columnas y en mis trabajos académicos, la guerra contra las drogas ha pasado por varias etapas históricas en las que se identifican un auge, declive y reintroducción.

Concretamente, el gobierno de Trump ha re lanzado una guerra contra las drogas de manera agresiva tanto en comunicación, como en operaciones trasnacionales, incluyendo los mega operativos en contra de traficantes mexicanos, o las pretensiones de designarlos terroristas.

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En este orden de ideas, el pasado 26 de marzo dentro del marco de la crisis derivada por el COVID 19 y siendo Nueva York el epicentro hemisférico de la epidemia, el gobierno de Trump decidió publicar una serie de medidas intimidatorias para presionar al gobierno de Venezuela.

Dentro de las medidas, se incluyó declarar a Nicolás Maduro y a otros 14 miembros ex militares del gobierno de Venezuela, con cargos de narco terrorismo, corrupción, tráfico de drogas y operaciones criminales. Se les adjudica, presuntamente establecer una organización criminal trasnacional  denominada el Cartel de los Soles y junto con la guerrilla de las FARC, utilizar como arma a la cocaína para inundar Estados Unidos de droga. Por lo cual, también se indicó que habría un despliegue de activos de la marina norte americana y el Comando Sur en aguas internacionales para contener el flujo marítimo de cocaína y con esto presionar al gobierno Bolivariano.

Para finalizar señalaría, que aún en tiempos de emergencia global sanitaria por el COVID 19, la guerra contra las drogas  funciona como un recurso de presión política y aceita la narrativa del terrorismo y el control armado en contra de enemigos políticos.  Te puede interesar: Policía que apoyó en seguridad del Vive Latino fallece por coronavirus

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