¿Te puedes enamorar de una inteligencia artificial? Esta película de ciencia ficción te lo demuestra

La capacidad de manipular los sentimientos de otra persona no es exclusiva de los humanos y la futurista historia en Netflix nos lo deja totalmente claro. Se trata de la película Ex Machina que aborda la conducta humana al entrar en contacto y mezclarse con una inteligencia artificial (IA) y por supuesto el resultado desastroso si se sale de control.

La película de ciencia ficción fue escrita y dirigida por Alex Garland, la cual marcó su debut como director con la famosa productora independiente A24 en 2014. Sobra decir que le fue muy bien con la cinta, debido a que en 2024, nuevamente con la productora, estrenó Guerra Civil con un presupuesto de 50 millones, bastante elevado para sus trabajos anteriores.

Ex Machina, disponible en Netflix, recibió una gran cantidad de elogios por sus efectos especiales, actuaciones y el manejo del guion, al mostrar cómo una IA puede aprender, conocer y manipular los sentimientos de una persona. Ya te compartimos un poco del contexto de la cinta; es momento de abordar la interesante trama de ciencia ficción.

Caleb Smith (interpretado por Domhnall Gleeson) es un brillante programador que gana un concurso interno en la compañía Blue Book: pasar una semana en la remota casa del CEO Nathan Bateman (Oscar Isaac). Al arribar, conoce a Kyoko, su asistente robot, además le revela que ha construido un prototipo humanoide con IA, a la cual deberá observar y determinar si es capaz de pensar y adquirir una conciencia.

El robot posee la forma y el rostro de una mujer, recluida en una habitación del complejo. Entre conversaciones, Caleb nota el proceso de aprendizaje de la IA, elevando su obsesión al conocer su personalidad y los deseos de libertad que tiene, generando una cercanía sentimental y sensual. Al enterarse de que Nathan la borrará una vez terminada su participación en la prueba, decide ayudarla a liberarse.

El guion de la trama nos muestra un triángulo entre los protagonistas: por un lado, un excéntrico y alcohólico millonario, en medio, un joven programador con grandes capacidades mentales que está solo en el mundo y una IA con un cuerpo similar al de una mujer en la búsqueda de su libertad. Cada vértice supone un choque de conflictos e intereses, pero el mensaje se vuelve más trascendental al analizarlo.

Hay una reflexión sobre el cuerpo como un contenedor del alma, una cárcel que mantiene estática y anclada al suelo la esencia de cada persona. Esto queda sentado en Ex Machina, cuando un robot, nuevamente aclarando, con forma de mujer, logra despertar en el chico sus deseos, en parte por su figura, pero guiado principalmente por su personalidad.

Es justamente la naturaleza sentimental del humano lo que da pie a las relaciones entre las personas; la atracción se genera más allá del cuerpo, la esencia, apartando la carne tangible y logrando una conexión sentimental. Desgraciadamente, esta predilección al espíritu etéreo puede alejar a una persona de la percepción física real, no solo de su entorno o el cuerpo, sino traspasar las barreras de los actos físicos, algo que, bajo circunstancias diferentes, no haría.

Con esto en mente, al llegar el punto de quiebre en la cinta, podemos entender las necesidades de cada actuante, su intención con cada palabra, cada gesto y cada insinuación, para darnos cuenta de que todos están jugando sus piezas de ajedrez y solo uno de ellos contempla desde su banca la partida, sin tener idea que la batalla lo involucran.

El cuidado argumento no puede sostenerse por sí mismo, las actuaciones del elenco elevan las sensaciones que tiene cada personaje en Ex Machina y las depositan en la audiencia, en su momento en cines y actualmente en Netflix, a quienes irremediablemente hacen partícipes, al grado de que, seguramente, apoyarán la ideología y motivaciones de por lo menos uno de ellos.

• Domhnall Gleeson como Caleb Smith, el joven programador de Blue Book
• Oscar Isaac toma el rol de Nathan Bateman, CEO de la empresa y mente detrás de Eva
• Alicia Vikander personifica el punto de la discordia y la IA al darle vida a Ava
• Sonoya Mizuno es Kyoko, la asistenta interna de Nathan que soporta todas sus vejaciones.

Para finalizar, la película de ciencia ficción no solo es una visión del comportamiento y aprendizaje de una IA, también funciona como una mirada introspectiva a las personas, al establecer como la conexión física y psicológica puede dirigir a cualquiera por un camino que resulta contrario a sus convicciones, pero que, al ser guiado por sus impulsos, considera que no es un mal plan. 

Si quieres presenciar estas cuestiones por ti mismo o simplemente pasar una tarde agradable en Netflix viendo una buena historia, no puedes perderte Ex Machina.